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Cyrano, de Edmond Rostand en versión de Miguel Murillo y bajo la dirección de Pedro Antonio Penco se representa en el Festival de Teatro Clásico de Cáceres el 5 de junio a las 22,30h. en la Plaza de las Veletas.

Un hombre de teatro, arrinconado por su pasado y su miseria, regresa en soledad a sus tiempos de luces y éxito. La extrema situación que padece, su desgracia y desesperación contadas a través del paralelismo de aquel Cyrano de Bergerac que tanto marcó su vida.La Poesía de Edmond Rostand se mezcla con la denuncia; con las divertidas anécdotas de un hombre a una nariz pegado y a un orgullo también. De un ser que jamás alcanzó ni la belleza, ni el amor.

El autor dice de esta obra que todos necesitamos ‘cyranos’ ocultos en la penumbra. Todos necesitamos palabras prestadas o sentimientos aprendidos para dirigirnos al foco de nuestra felicidad. Salvo casos excepcionales que se sitúan más cerca del Olimpo que de las tapias cubiertas de yedra de la vida real, no nacemos con la posibilidad de crear argumentos capaces de seducir por sí mismos. En eso una simple rosa nos aventaja con el contundente argumento de su olor, o un pajarillo con el despliegue de sus plumas. Necesitamos beber de fuentes olímpicas, de aquello que genios o dioses poéticos engendraron. Y por eso la poesía, y la música, y los colores bien combinados, y el arte, tienen sentido. Es la condición del amor humano de tal fragilidad que igual que se puede embriagar con un simple perfume silvestre, puede huir por un rostro de nariz desafortunada.

En la nariz de Cyrano está representado el teatro universal. Seres ocultos bajo máscaras que con palabras prestadas (de otros seres que tras escribirlas se ocultan en los actores y actrices) intentan encender las emociones de sus semejantes (que a su vez necesitan de esas máscaras para escuchar lo que les emociona) Esto quiere ser este Cyrano que se cuestiona la función del Teatro, la oportunidad del Teatro y la razón que le impulsa a buscar su felicidad con aquello que le brota del corazón pero que necesita todo el maquillaje teatral y su maquinaria para llegar al objetivo.

 

REPARTO

David Gutiérrrez