“For Ever & A Day” es una metáfora cargada de humor sobre el amor eterno en su versión más cotidiana: la vida conyugal. Su marco escénico es el hogar de una pareja de largo recorrido, un lugar blanco, neutro, que se contagia de los colores, emociones y acciones que emanan de sus habitantes, un hombre y una mujer encerrados mutuamente, acompañados por un loro y un canario, prisioneros, también, en sus respectivas jaulas. Al fondo, a la izquierda, un montón de muebles, al otro lado, una gran puerta, casi siempre cerrada, y delante, un balcón desde el que un día lejano se miraban las estrellas...
