Las alborás es la marcha procesional más nutrida de todas las que podemos observar en Piornal. En ella no se saca la imagen del santo; el eje de la devoción se sitúa en el Jarramplas que, "en representación de San Sebastián", comienza a caminar de espaldas, con el traje de pingos y sin la máscara, marcando el ritmo con su tamboril.