El consejero de Salud y Política Sociosanitaria, Luis Alfonso Hernández Carrón, ha defendido el actual modelo de farmacia español como garantía del acceso a los medicamentos en “condiciones de igualdad para todos los ciudadanos” y “a un precio igual para todos ellos con independencia de su ubicación” y, también, como garantía de acceso al propio sistema sanitario, especialmente en regiones tan extensas y con baja densidad poblacional como Extremadura.

Así se ha pronunciado el consejero durante su intervención en el XIX Congreso Nacional Farmacéutico que se celebra en Córdoba y durante el que ha reiterado “por responsabilidad y convencimiento personal” su apoyo “incondicional” al actual modelo farmacéutico “tantas veces cuestionado” en los últimos años, al considerar que se trata de un sector “muy importante” para la propia cohesión del sistema sanitario público.

Según ha dicho, el modelo de licencia-propiedad, la colegiación obligatoria, la obligatoriedad de la distribución a lo largo de toda la cadena, entre otros aspectos, “han sido entendidos por nuestra administración como elementos necesarios para la garantía del acceso a los medicamentos en condiciones de igualdad por todos los ciudadanos” y, al mismo tiempo, es aquel que “garantiza el acceso al sistema sanitario público”.

En este sentido, ha hecho referencia al papel que desempeña el farmacéutico como “agente de salud”. A su parecer, la participación del farmacéutico en el sistema sanitario “no gravita ya exclusivamente sobre el medicamento, sino también sobre el paciente y sus necesidades relacionadas con el medicamento, e incluso con otras no relacionadas directamente con este”.

“Una mayor participación del farmacéutico en el ámbito asistencial es, a nuestro entender, no solo una demanda del profesional, sino de la propia sociedad”, ha añadido Hernández Carrón, quien considera que los gobiernos “responsables y decididos” deben facilitar mediante acciones concretas que la atención farmacéutica se entienda como “la práctica profesional en la que el farmacéutico se responsabiliza de las necesidades Sanitarias del paciente”.

COORDINACIÓN DE TODOS LOS PROFESIONALES

Se trata, ha destacado, de impulsar la participación activa del farmacéutico en la mejora de la calidad de vida de los pacientes “no solo mediante un servicio de dispensación, sino también de indicación, información y seguimiento, entre otros”.

Para que esto sea posible, ha incidido Hernández Carrón, es necesaria la coordinación con los médicos y otros profesionales sanitarios, así como su participación en las actividades relacionadas con la promoción de la salud y la prevención de la enfermedad.

“Ya la Federación Internacional de Farmacéuticos (FIP) y la OMS han manifestado que no existe futuro para una farmacia comunitaria basada exclusivamente en la dispensación de medicamentos”, ha abundado, y ha comentado que, por tanto, “se nos presenta una oportunidad para desarrollar esa farmacia centrada en el paciente, con una cartera de servicios orientada al paciente, y como agente colaborador del SNS y de los sistemas sanitarios de las Comunidades Autónomas”.

PROGRAMAS Y PROYECTOS

En esta misma línea, el responsable de la cartera de Salud y Política Sociosanitaria ha citado algunos ejemplos de programas y proyectos que han nacido fruto de esa implicación del sector de la farmacia en el ámbito de la promoción de la salud.

En este sentido, se ha referido al programa de dispensación de metadona a participantes en programas de drogodependencia a través de las oficinas de farmacia colaboradoras que se está ya pilotando en Mérida, así como a otros proyectos que aún están en fase de desarrollo, y entre los que ha destacado un nuevo programa de prevención de la diabetes en las farmacias.

Este último proyecto, ha avanzado, “nace de un dato objetivo, que es que somos una Comunidad Autónoma con un alto índice de personas con diabetes, una enfermedad crónica que afecta en torno al 9,3% de la población extremeña, frente al 6,9% de la media nacional.

La extensa red de farmacias que hay en Extremadura, y que se compone de 673 oficinas de farmacia y 46 botiquines, “puede aportar no solo en la información sobre prevención de diabetes y estilos de vida saludable, sino también en la aplicación del Test de Findrisk a aquellos ciudadanos que por cualquier circunstancia no sea frecuentadores de otros servicios de salud”, ha explicado.

Pero, a juicio de Hernández Carrón, la participación de la farmacia “puede ser aún mayor”, siendo parte esencial en programas de determinación de parámetros clínicos, por ejemplo, en colesterolemia y glucemia, así como en la determinación y control en monitorizaciones ambulatorias de presión arterial, cribados de VIH, sífilis, estreptococo, cáncer de colon, hipertensos… etc, todos ellos servicios que generan una imagen profesional de la farmacia que puede repercutir además en unos ingresos adicionales en favor de estos profesionales.

“Es lo que podríamos llamar una cartera de servicios farmacéuticos, que puede complementarse incluso con otras tareas de apoyo a la propia administración como parte integrante de esta que son”, como ya se hizo en la región con el convenio para la implantación de la receta electrónica de manera total en todo el territorio de la comunidad, así como en la administración y gestión del sistema de copago farmacéutico que se complementó con la implantación de topes automáticos para aquellos colectivos que tuvieran límite de aportación, ha concluido.