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Geoparque Villuerca-Ibores-Jara
“Aplauso unánime”, en Finlandia, a la revalidación del Geoparque Villuerca-Ibores-Jara.
José María Barrera, Nickolas Zouros y Javier López en Finlandia.
  • Publicado: 04/09/2015 11:04
  • por: extremadura.com
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Se ha conseguido. El Geoparque Villuerca-Ibores-Jara ha conseguido su revalidación y, por tanto, la tan esperada “Green card” o tarjeta verde, un grado más en la distinción que la UNESCO hace de los geoparques.

Se ha conseguido. El Geoparque Villuerca-Ibores-Jara ha conseguido su revalidación y, por tanto, la tan esperada “Green card” o tarjeta verde, un grado más en la distinción que la UNESCO hace de los geoparques.

 La Red Mundial de Geoparques, reunida en Finlandia, donde se encuentra el director del Geoparque extremeño, José María Barrera, ha hecho público su veredicto y ha valorado muy positivamente el trabajo realizado en los últimos cuatro años y los proyectos futuros previstos para el Geoparque Villuerca-Ibores-Jara. Según Barrera, ha habido “un aplauso unánime al apoyo extraordinario tanto público como de empresas privadas al Geoparque”.

La presidenta de la Diputación, Charo Cordero, como representante de la Institución que ostenta la gestión del geoparque, ha manifestado su enorme satisfacción y ha querido, en primer lugar, mandar una felicitación “muy sincera a todos los ciudadanos de Villuerca, de Ibores y de Jara, a todos los alcaldes y alcaldesas de los municipios, al director del Geoparque, al Grupo de Acción Local APRODERVI, a los empresarios, al Comité Científico y a todas las personas que han creído y trabajado por este proyecto, que es -ha añadido- fruto de su esfuerzo”. Cordero ha recordado también el papel de otras instituciones y organismos como la Asociación Geológica de Extremadura, la Universidad y la Junta de Extremadura.

Tras su reconocimiento como Geoparque por parte de la Red Mundial de Geoparques, auspiciada por la UNESCO, en el año 2011, y transcurrido el período de los cuatro primeros años, tras los que se hace una nueva evaluación, se ha superado con creces el examen, es decir, se ha valorado muy positivamente el trabajo realizado en estos cuatro años para el desarrollo sostenible de la zona y los planes de futuro que se planificaron en su día y que se han ido poniendo en marcha. Ahora, como ha anunciado el director del Geoparque, “se seguirá trabajando y, de forma inmediata, en los próximos días se convocará el Comité de Coordinación del Geoparque para establecer las líneas de trabajo a seguir”.

Ésta ha sido la calificación recibida tras la visita de los evaluadores el pasado mes de junio, quienes recorrieron la zona y escucharon a las instituciones, asociaciones, alcaldes y alcaldesas y empresarios explicando qué se ha hecho durante estos últimos cuatro años y cómo se ha trabajado en un territorio que el año pasado recibió a más de 65.000 viajeros y que en estos momentos dispone de 137 empresas turísticas, entre alojamientos, restauración y otras empresas de actividades turísticas.

En este sentido, el director del Geoparque ha manifestado que este crecimiento del sector turístico se ha hecho “formándose en lo que este producto turístico propone, es decir, un producto turístico basado en la apreciación de la geología y en que las experiencias cuenten la fabulosa historia de la tierra que se puede contar aquí”. Barrera también ha puesto de relileve otros aspectos como la Educación y la Conservación, dos facetas que se han venido desarrollando de la mano del Geoparque. Hay que recordar que, en su visita, el evaluador y experto en cuevas Zhang Yuanhai, señaló la grata sorpresa que le supuso visitar la Cueva de Castañar de Ibor, “que se encuentra en un perfecto estado de conservación”, dijo, llegándola a comparar con las de su país aunque, reconoció, “la cueva de Castañar de Ibor se encuentra mejor conservada”.

Fue en el año 2011 cuando la comarca de Villuerca-Ibores-Jara se proclama como primer, y único, por el momento, Geoparque de Extremadura y uno de los ocho que existen en toda España. Un territorio que comprende 19 municipios y que fue valorado entonces por su enorme riqueza geológica y por considerarlo ejemplo de turismo sostenible basado en la geoconservación.

Tal como explica Barrera, un geoparque es un territorio que cuenta con un patrimonio geológico notable -en términos de calidad científica, rareza, valores estéticos y educacionales-, y que además lleva a cabo una estrategia para promover el desarrollo sostenible de las comunidades locales en las que se enmarca. También debe tener unos límites claramente definidos y una extensión suficiente para poder asegurar el desarrollo económico y territorial real de la zona, potenciando así el geoturismo. Cuestiones detectadas y valoradas desde un primero momento en Villuerca-Ibores-Jara.

Aunque la designación de “geoparque” no es legislativa, los sitios de mayor importancia dentro de un geoparque deben ser protegidos, según corresponda, por la legislación local, regional o nacional.

En el año 2000 surgió La Red Europea de Geoparques con el objetivo de promover el patrimonio geológico hacia el público general, la conservación del entorno, y el logro de un desarrollo económico sostenible. Más tarde, la UNESCO apoyó la extensión de este programa a todo el mundo, creando la Red Mundial de Geoparques Nacionales (GGN–Global Geoparks Network). El Geoparque Villuercas-Ibores-Jara es miembro de ambas redes.

Es la Diputación de Cáceres la que ostenta la responsabilidad legal del geoparque extremeño y su gestión se realiza en estrecha cooperación con la Junta de Extremadura, la Universidad de Extremadura, la Mancomunidad Villuercas-Ibores-Jara, el grupo de acción local APRODERVI, la asociación empresarial Geovilluercas y la Asociaciónn Geológica de Extremadura.

La historia del geoparque podría comenzar a narrarse, según los estudios, hace 540 millones de años, cuando esta comarca formaba parte de un mar primigenio que ha ido dejando huellas como grandes pliegues y fallas o formas erosivas y sedimentarias. Es esta riqueza la que hace única a la zona, además de restos de historia de la humanidad en los roquedos, pinturas rupestres, dólmenes, castros, etcétera.

Tal como se informa en la página oficial del geoparque (www.geolparquevilluercas.es), se han catalogado cuarenta y cinco lugares de especial interés geológico, “geositios”, tales como montañas con características geomorfológicas especiales, fallas, profundos valles fluviales, yacimientos paleontológicos o de minerales, plegamientos, etcétera. Especialmente notables son el “Risco de La Villuerca”, el Sinclinal de Santa Lucía, la Portilla del Almonte y el desfiladero de Peña Amarilla, la Mina Costanaza… Muchos de ellos son también de interés cultural, con refugios o abrigos con pinturas rupestres esquemáticas, los castros vetones, los castillos árabes y las minas de Logrosán que nos hablan del pasado minero en la región.

Es también  de enorme interés, la cueva cárstica de Castañar de Ibor, que fue declarada Monumento Natural debido, en parte, a sus impresionantes formaciones estalactíticas de cristales de aragonito.

Otro de los activos del Geoparque Villuercas-Ibores-Jara es la riqueza de su extraordinario patrimonio natural ilustrado por las siete Zonas de Especial Protección de Aves y los ocho lugares de importancia comunitaria reconocidos en la Directiva de Hábitats de la Unión Europea. Esta riqueza natural y de biodiversidad silvestre ha dado lugar a la visita de un creciente número de turistas ornitológicos en los últimos años.

Pero los geoparques valoran igualmente la cultura, la antropología, la arqueología o la historia del territorio en la misma medida que lo hace con el patrimonio geológico o natural. En el caso de Villuercas-Ibores-Jara numerosos lugares de interés cultural pueden ser visitados, de forma especial el Real Monasterio de Guadalupe, declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad en 1993. También habría que destacar la arquitectura tradicional y mudéjar, los castillos, las iglesias de Berzocana y de Alía, o las fiestas tradicionales de los pueblos como el Carnaval de Ánimas en Villar del Pedroso, por citar una de las tradiciones más antiguas y arraigadas.