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Concierto OJEX
La Orquesta Joven de Extremadura finaliza la temporada 2015 y dice adiós a sus veteranos
La OJEX se despide de su temporada de conciertos en Badajoz.
  • Publicado: 12/12/2015 14:04
  • por: extremadura.com / Marta Climent
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Con los primeros acordes de la flauta del Preludio a la siesta de un fauno de Claude Debussy, daba comienzo anoche el último concierto de la Orquesta Joven de Extremadura en el Palacio de Congresos Manuel Rojas de Badajoz.

Con los primeros acordes de la flauta del Preludio a la siesta de un fauno de Claude Debussy, daba comienzo anoche el último concierto de la Orquesta Joven de Extremadura en el Palacio de Congresos Manuel Rojas de Badajoz

Bajo la batuta del director y pianista leridano Néstor Bayona, la mística composición parecía un preludio de un gran concierto.

Pese a la complejidad de la obra en la que se intercalan pasajes melódicos con difíciles compases de líneas elegantes, la joven agrupación estuvo correcta y supo acompañar la dirección de Bayona. Se percibía la conexión del director con los músicos que lograron crear el ambiente adecuado de confusión y delicadeza que esta pieza requiere.

Los solistas de viento demostraron preparación para interpretar a Debussy y la cuerda consiguió una armoniosa unidad. Destacable el trabajo de la solista de flauta a lo largo de la interpretación, y la precisión del comienzo.

Fernando Bustamante presentó el Moldava de Bedřich Smetana, un poema sinfónico sobre el río más largo de la República Checa que trasladó al auditorio hacia un paisaje montañoso y lleno de detalles. El río de este Moldava son los violines con una melodía que el director aseguraba "saldrán tarareando cuando acabe el concierto". Gracias a la descripción de Bustamante el público pudo participar en el correr de las aguas, en una boda rupestre, en los bosques de Bohemia y en la vuelta a la calma cuando el río desemboca en el Elba.

Gracias a la explicación del maestro la atmósfera parece acuosa y tras la melodía de los violines todo fluye. La dirección de Fernando Bustamante fue ligera pero prestando atención en los matices. Los jóvenes intérpretes siguieron el ritmo del director sin titubear independientemente de la dificultad técnica de los pasajes.

Andrés Salado fue el encargado de dirigir la primera sinfonía de Johannes Brahms​. La obra está llena de matices y es de una gran complejidad, sin embargo la orquesta supo responder a su director titular que realizó una versión con mucho movimiento y que fue un buen final de concierto y de año para la Orquesta Joven de Extremadura, de la que se despiden algunos de sus miembros.

La cuerda fue consecuente con los grandes pasajes orquestales de esta primera sinfonía. Por su parte, el viento supo medir su fuerza en los grandes pasajes aportando equilibrio al conjunto.

En el segundo y tercer movimiento las melodías fueron cálidas. El director hizo un buen trabajo de coordinación entre los solistas y la cuerda, que dio como resultado un agradable y apasionado conjunto.

Los jóvenes de esta orquesta mostraron su madurez con este concierto en el que el auditorio tuvo el gran placer de acoger a tres directores que, sin duda, han dejado su aportación en los que un día se convertirán en grandes músicos. 

El aplauso final parecía no terminar mientras Andrés Salado levantaba uno a uno a los intérpretes que ayer finalizaron su andadura con la Orquesta Joven de nuestra comunidad. Con una prometedora trayectoria  y una gran experiencia orquestal que ha podido iniciarse en Extremadura, gracias al esfuerzo de todas las personas que creen en la música clásica y en su futuro.