Los Campamentos Dignidad de Extremadura realizan un nuevo reparto de alimentos entre las familias necesitadas de Mérida y Almendralejo. Pero, como se dijo desde el nacimiento de los Campamentos Dignidad, no creen en la caridad sino en la solidaridad. Eduardo Galeano lo dijo con palabras hermosas y exactas: “La caridad es humillante porque se ejerce verticalmente y desde arriba; la solidaridad es horizontal e implica respetuo mutuo”.

Por eso, porque se reivindica la solidaridad y la justicia, desde los campamentos dignidad se ha  denunciado queen  el reparto correspondiente al mes de Julio, el Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA) ha reducido brutalmente tanto la cantidad como la variedad de productos que viene repartiendo. El FEGA es el organismo del Gobierno español, responsable de la ejecución de los planes de ayuda alimentaria a las personas más necesitadas. 

Pues bien, la cantidad de alimentos que se está distribuyendo en la entrega correspondiente a la segunda fase del FEGA (julio) estimamos que se ha reducido en 4/5 partes, alrededor de un 80%. En España son dos millones de personas las que se beneficiaron en el año 2013 del Plan de ayuda a las personas más desfavorecidas y las que ahora están pagando este recorte que repudia el más elemental sentido de justicia.

En el caso del Campamento Dignidad, estos son los datos: en la entrega de febrero (primera fase), fueron 8 toneladas de alimentos las que se nos entregaron para distribuir entre 402 personas. Ahora, en el mes de julio, para atender a 780, que es el número de personas acogidas al programa de alimentos del Campamento Dignidad de Mérida, hacen entrega de 3 toneladas. Es decir, en proporción al número de personas deberían habernos entregado 15 toneladas de alimentos.

Obviamente no es el caso exclusivo del Campamento Dignidad. Sabemos que así están la inmensa mayoría de las organizaciones que distribuyen alimentos entre las personas necesitadas. Valga como ejemplo el caso de la barriada del Gurugú en Badajoz: en el trimestre anterior se les hizo entrega de 5 toneladas y ahora, en la entrega de julio, esa cantidad se ha reducido a 1.

Como puede comprobarse en la tabla oficial del FEGA, el número de personas acogidas en Extremadura no cesa de crecer. Ha pasado de 59.384 a principios del 2013 a 67.041 en el primer trimestre del 2014. Y podemos aventurar que en este momento son más de 70.000 los extremeños y extremeñas que se ven obligadas a completar su alimentación con las bolsas de alimentos que distribuyen las entidades benéficas.

Pero, con ser grave el recorte en cantidad, es aún más injustificable la reducción en el número de alimentos. Así, en el reparto que vamos a hacer mañana sólo podemos hacer entrega de los siguientes alimentos: macarrones, galletas, tomate frito en conserva, arroz, leche de continuación y potitos (este último en una cantidad ridícula). El FEGA ha suprimido los siguientes alimentos en esta entrega:

-          Aceite

-          Cereales

-          Garbanzos

-          Lentejas

-          Judías verdes en conserva

-          Harina

-          Queso

-          Fruta escarchada

Luego se les llena la boca de alimentación saludable. Pero lo que hacen es mermar hasta el ridículo la lista de comestibles que ponen a disposición de las familias, siendo especialmente grave lo relativo al aceite y a los cereales de los niños.

En España, con casi 6 millones de personas en el paro, con 6 puntos menos de cobertura en el desempleo que el año pasado y, según datos de Cáritas, con 3 millones de personas con ingresos inferiores a los 307 euros, consideramos que es una inmoralidad que se reduzca la aportación a los programas públicos de alimentos. A no ser que lo que se pretenda sea justamente eso, organizar minuciosamente la miseria, garantizar la exclusión social y la penuria de millones de personas.

Y en Extremadura, el despropósito tiene consecuencias aún más graves. En una comunidad a la cabeza en pobreza infantil, con más de un tercio de la población activa en el paro y en la que sólo han pagado la renta básica de inserción a 2.000 personas, el 10% de los solicitantes, esta bestial aminoración del FEGA sólo puede calificarse como una violación flagrante del derecho a la alimentación que es un derecho humano universal reconocido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 (art. 25) y consagrado con un mayor desarrollo en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC) de 1966 como el derecho de toda persona a un nivel de vida adecuado (art. 11) y como el derecho de toda persona a estar protegida contra el hambre (art. 12). 

Por todo lo expuesto, el Campamento Dignidad va a adoptar las siguientes medidas:

Denunciar estos hechos en el reparto de alimentos que realizará el miércoles 30 de julio en la Plaza de España.

Exigir del Gobierno español la adopción inmediata de medidas que rectifiquen urgentemente el rumbo de esta POLÍTICA DEL HAMBRE. Nos vamos a dirigir a la Delegación del Gobierno para reclamarle una nueva entrega que, al menos, respete la misma cuantía y variedad de alimentos que venía realizándose.

Estudiar con los abogados vinculados a los Campamentos Dignidad de Extremadura la interposición de una denuncia ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.