químicos que no contienen, y que aseguran que nuestro organismo no se ve expuesto a los riesgos que estos conllevan.
Además su procedencia agroecológica, y de variedades exclusivamente locales, asegura una multiplicación de sus sabores, colores y aromas que nos permite alimentar todos nuestros sentidos, fomentando además el desarrollo de los productores locales y el mantenimiento de su economía.
Ambrosía era para los griegos el alimento de sus dioses, que les garantizaba la vida eterna. Nosotros no podemos asegurar tanto pero sí que al menos la disfrutemos con una alimentación propia de divinidades.