Desde su fundación en el siglo XIII por el rey Alfonso VIII, era tradición en Plasencia la celebración de un mercado, en el que se reunían ganaderos, campesinos, artesanos, llegados desde poblaciones de la comarca, con la idea de poder vender sus mercancías o hacer transacciones. Actualmente, el mercado se centra en la Plaza Mayor, extendiéndose por la calle de Santa Elena hasta la misma Catedral. Como ejemplo de la importancia de este mercado, valga el hecho de que su extensión fue tan grande en el casco antiguo de la ciudad que dio nombre a calles y soportales: calle Vidrieras, Queso o "soportales del pan", "la carne", etc. El Martes Mayor, en la Plaza Mayor de Plasencia, se dan cita las mejores muestras posibles de productos de la comarca, con artesanos y agricultores que se esfuerzan en mostrar lo mejor de cada uno de ellos.