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Coriolano

de William Shakespeare

Roma, siglo V a. C. La República está en crisis. El pueblo, o plebeyos, se rebela contra los patricios, la clase dirigente, exigiendo que se condonen las deudas con los prestamistas que los despojan de sus bienes y esclavizan. En respuesta a sus protestas y tras un encuentro del pueblo con el aristócrata Menenio, los patricios conceden al pueblo dos representantes (tribunos) en los asuntos públicos, una decisión que provoca la ira del orgulloso militar patricio Cayo Marcio que no siente sino desprecio por las clases bajas. En ese momento, estalla la guerra con una vecina tribu italiana, los volscos, guiados por el gran rival de Cayo Marcio, Tulio Aufidio. Los volscos son derrotados y Roma toma la ciudad italiana de Corioles gracias al heroísmo de Marcio. En reconocimiento a sus grandes hazañas, a instancias de las recomendaciones de su madre Volumnia, a Cayo Marcio se le concede el nombre de Coriolano.

A su regreso a Roma, Coriolano recibe la bienvenida de un héroe, y el Senado se dispone a nombrarle cónsul. Con el fin de obtener este cargo, según marcan las costumbres, Coriolano ha de salir a pedir los votos de los plebeyos vistiendo la toga de la humildad, una tarea a la que se compromete a regañadientes tras la emocionada petición de Volumnia. Al principio, la gente común se muestra dispuesta a darle sus votos, pero luego revierte su decisión ante la insistencia de los tribunos, Bruto y Sicinio quienes consideran a Coriolano un enemigo del pueblo. Coriolano es incapaz de controlar su orgullo herido y en un arrebato de furia cuestiona la soberanía misma del pueblo. Bruto y Sicinio lo declaran traidor al Estado romano y Coriolano es condenado al exilio.

Deseoso de vengarse, Coriolano pide asilo en la patria de sus enemigos, los volscos, y hace las paces con su líder, Aufidio. Entre ambos planean una nueva campaña contra Roma. Su ejército procede a marchar sobre Roma, lanzando ataques contra las poblaciones vecinas y sumiendo a la ciudad en el pánico. Muy pronto Aufidio y Coriolano están acampados fuera de las murallas de la ciudad. Su viejo amigo Menenio le pide misericordia pero Coriolano se niega a escucharlo. Sin embargo, cuando Volumnia le ruega hacer la paz, Coriolano, tras el conmovedor discurso de su madre, se arrepiente de sus actos y sella su destino.