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¿POR QUÉ SIN PRISAS? El virus de la prisa nos atrapa a todos. Vivimos rodeados de estímulos y listas de tareas pendientes. Nos pasamos el día ocupados pero, a la vez, sentimos que el tiempo se nos escurre entre las manos y que lo verdaderamente importante siempre queda para el final.

¿Te ha pasado algo similar? Es normal. Nuestras mentes están ocupadas en hacer y no en ser. La llenamos de pendientes que nos presionan: tienes que  ir al gimnasio, comer más sano, dedicar más tiempo a tu familia, contarle un cuanto más largo a los niños, organizarte mejor en casa y en el trabajo, ser más sostenible, aprender por fin a meditar para sentirte mejor, leer más y ver menos televisión, tener buen aspecto, consumir local o ir más veces a cenar con tu pareja.

Además de todo eso, quieres dedicarte el tiempo suficiente para ti pero hace tanto que te paras a escucharte de verdad que te cuesta saber qué quieres, a dónde vas y con qué disfrutas de verdad. En mitad de toda esta maraña de propósitos  nos hemos olvidado de escucharnos.

Reconócete humano. No llevas puesta ninguna capa de super héroe o super heroina. No eres perfecto ni necesitas serlo. Así que, ¡respira! Puedes hacer muchas cosas  y cambiar todo aquello que no te gusta pero nadie marcará una fecha límite en tu agenda para ello. Puedes hacerlo con calma, sin prisa y sin obsesiones, respetando tus propios ritmos.


JUEVES 17 DE DICIEMBRE
- Grupo de mañana 11h a 13h
- Grupo de tarde 19 a 21h