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En torno a los campos de cultivo, como “malas hierbas” en las lindes, setos y herbazales, aparecen muchas plantas que se han utilizado como recurso alimenticio desde la antigüedad.

Herencia del afán recolector de nuestros ancestros, fuente de calorías y aportes vitamínicos, estas plantas siguen recolectándose y formando parte de la dieta actual de la gente de campo, aunque en menor medida. Hoy en día se recogen en muchos casos por puro placer, pero no debe olvidarse que han sido un recurso importante en tiempos de necesidad. Se trata de vegetales frecuentes en nuestros pueblos extremeños, adaptados al clima local, que están siempre disponibles para ser utilizados.

Sin embargo, la recolección y consumo de estas plantas silvestres que forman parte de los paisajes periurbanos de pequeñas ciudades rurales como Trujillo, es una práctica en decadencia entre los sectores más jóvenes de la población. Se trata por tanto de un patrimonio etnobotánico que poco a poco se va perdiendo.

Por ello, en esta segunda edición del Festival hemos querido organizar tres actividades dirigidas a los escolares de Trujillo que tienen como objetivo poner en valor las plantas silvestres presentes en Trujillo que tuvieron y tienen aplicación gastronómica y que hayan podido ser parte de sus señas de identidad histórica y paisajística. 

De esta forma, vamos a llevar a cabo la realización de tres talleres sobre las plantas silvestres de Trujillo aplicadas a la gastronomía en los Colegios María de laPaz Orellana y Sagrado Corazón de Jesús, los días 9 y 17 de mayo para alumnos de 1º, 2º, 3º y 4º de ESO.