Los Water Closet presentan a lo mejorcito de cada casa

La agrupación pacense cumple 13 años sobre el escenario. Pasaron a su primera semifinal en el año 2009 como Waterfantasmas y desde entonces no han dejado de superarse. El 2014 consiguieron conquistar el primer premio como hijos de superhéroes, y el año pasado un merecidísimo segundo premio con el Gran Nariff. Llevan tres años consecutivos subiéndose al podio y en esta edición con "Lo mejor de cada casa" no se lo han puesto nada fácil a nadie. Han llegado al teatro López de Ayala a golpe de estado, o de costado según ellos. Hitler, Gadafi, Fidel Castro, Hugo Chávez, Mussolini, Kim Jun, Franco... ninguno ha faltado a esta cita. Muy metidos en su papel, nos han puesto firmes a todos nada más empezar, incluso ordenando los aplausos a los asistentes.

Estos tiranos han cantado pasosdobles que han hecho reír. El primero de ellos, como villanos de la democracia que son, han decido suprimir el Carnaval: cerrar todos los bares, terminar con el botellón, "las peleas de esquimales",  y las comparsas, eso sí con mucho humor. Y en el segundo, han hecho referencia a la lucha por el primer puesto el año pasado contra "Miguel de Pena", murga "Al Maridi". Han insinuado también las malas lenguas de algunas murgas, cuando en este concurso, y sobre todo en este mes que los une a una, han de ser compañeros. En las pausas no se les ha escapado señalar la subida del precio de las entradas.

La ronda de cuplés  ha llegado cargada de humor, aplausos y risas. En el primero, se han mofado de la moda de correr, con su foto en las redes sociales para que todos lo vean. Pero como ellos mandan aquí y en Pekín, no hay rival que se atreva a adelantarles. En el segundo cuplé, cuentan la historia de un segurata que hizo del anuncio de la lotería realidad, colocando maniquís por doquier. 

El popurrí ha sacado su lado más déspota del que no se ha librado ni Barack Obama. Con el primer congreso de dictadores mundiales ha llegado la prohibición a ritmo de "La Gozadera". Inluso amenazan con gastarnos todos los megas. Los modernitos y "reguetoneros" no se escapan de sus burlas. Con un "discurso" de pocas palabras y mucho bailoteo, llegaron a la despedida. Con esta actuación han conseguido poner en pie a casi todo el patio de butacas.