UGT Extremadura valora positivamente las cifras de bajada del paro en abril en 5.981 personas, a pesar de que son menores que las del mismo mes del año pasado. El comportamiento al alza del mercado interno favorece las contrataciones eventuales en sectores terciarios, a lo que se unen las contrataciones públicas en ayuntamientos del plan de parados de larga duración. Todo ello conforma un mercado laboral de muy mala calidad donde, por ejemplo, cuatro de cada diez contratos del sector servicios no duran una semana.

Se destruyen puestos de trabajo a tiempo completo y se crean a tiempo parcial (2 de cada 10 contratos) lo que permite obtener mejores ritmos de creación de empleo, a cambio de mayor precariedad y mayor pobreza entre los que sí tienen trabajo. El final de esta legislatura arroja 11.616 parados más que en julio de 2011. La falta de empleo sigue siendo nuestro principal problema y al que hay que dedicar más esfuerzos, dejando de lado consultas accesorias y artificiales. Hay que aprovechar el crecimiento para fortalecer el mercado laboral mejorando la calidad del empleo.

Los datos de paro registrado facilitados hoy por el Servicio Público de Empleo muestran un retroceso del desempleo en 5.981 personas en Extremadura, una reducción del 4,4%. El volumen total de parados se sitúa en 128.732 personas, 14.255 menos que hace un año. La afiliación a la seguridad social también ofrece registros favorables pero más contenidos con 3.697 relaciones laborales añadidas en abril.

Se ha producido una caída generalizada del paro en todos los sectores productivos, en especial en el sector servicios (-2.639), agrícola (-1.891), y construcción (-942). Asimismo se observan en este mes descensos moderados en la industria (-452), y escasos en los demandantes de primer empleo (-57). Aparte de las contrataciones precarias derivadas de periodos festivos y de temporada, UGT apunta que el protagonismo del sector de la construcción en esta bajada es explicado, en gran parte, por un mayor gasto público en infraestructuras por el periodo electoral y advierte de que no podemos volver a inflar una burbuja en este sector.

Los retrocesos del desempleo se centran en actividades públicas (-747), el comercio (-441) la hostelería y restauración (-395), donde en paralelo se concentran los mayores volúmenes de contratos temporales. Resulta paradójico que el empleo público vuelva a ser protagonista del descenso del paro, cuando tanto se ha renegado del mismo por el Gobierno autonómico en esta legislatura.

El descenso del paro en abril fue muy desigual por sexos. Mientras que la reducción en los varones fue del 7%, en el caso de las mujeres fue de sólo un 2,4%. La comparativa interanual indica que el desempleo masculino desciende en -9.180 personas (-14,33%) y el femenino disminuye en 5.075 (-6,43%). Todo ello incide en el agravamiento de la brecha laboral entre sexos ya que en la actualidad una mayoría del desempleo extremeño (el 55,2%) es femenino.

Los datos de contratación consolidan un nivel de temporalidad que no es acorde con nuestra economía. Sólo el 2,78% de los contratos celebrados en abril fueron indefinidos. El 22,3% de los contratos no llegaron a una duración de una semana. En algunos sectores como los servicios este porcentaje se eleva hasta el 40%. Al mes de duración apenas llegan el 56% de los contratos. En lo que llevamos de año los contratos temporales a tiempo parcial crecen a un ritmo del 28,5%, los indefinidos apenas al 12,6%, con lo que se aprecia un fuerte componente de aumento de la parcialidad involuntaria.

Por su parte la realidad de 59.159 parados sin prestaciones sigue siendo penosa al agudizarse también la desprotección: sólo el 56% de los desempleados extremeños cobra algún tipo de prestación por desempleo, dos puntos porcentuales menos que hace un año.

Para UGT Extremadura no basta con revisar eufóricamente los datos, hay que afrontar una política económica que favorezca la consolidación del crecimiento, sobre la base de una economía mejor preparada para afrontar periodos críticos y con un empleo más sólido. Por eso, es vital una reformulación de modelo productivo extremeño, sustentado en actividades de alto valor añadido; son necesarias políticas de apoyo al crecimiento, que permitan su consolidación, fundamentando el crecimiento en un tejido productivo más fuerte, con más industria y más empleo de más calidad, con mejores condiciones laborales y con mayores niveles de igualdad. Sólo así se podrá encauzar un mercado laboral que en los últimos cuatro años ha sido el pariente pobre de la política extremeña y cuya gestión ha sido un fiasco a la luz de los datos.