AMIGOS DE LOS BONSÁIS Y LAS PLANTAS.

  • ALAMBRADO DEL BONSAI

    Amigos de los Bonsáis y las plantas, ¿cómo alambrar un bonsái?: bien, en este artículo vamos a ver una de las técnicas más difíciles con la que nos vamos a encontrar a la hora de dar forma a nuestro bonsái, que consiste en el alambrado. A veces (muchas) con la poda y el pinzado no se llega a lograr el objetivo deseado en cuanto a la forma de nuestro diseño, por eso se recurre al (doblado) alambrado artificial de ramas o tronco para conseguirlo.
    Es una técnica moderna de formación, más moderna que la poda y los pinzamientos, que permite educar un árbol prácticamente en cualquier estilo; actualmente es el método más utilizado por ser con el que se obtienen mejores resultados.
    La forma básica de un Bonsái se consigue con la poda, el pinzado y el alambrado.

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

    El alambrar nos condicionara para tener unas manos muy hábiles y una gran dosis de paciencia (una de las características de un buen bonsaista).
    El alambrado te permite dirigir las ramas en la dirección deseada, consiguiendo de esta manera modelar tu bonsái.
    Es una de las técnicas de entrenamiento para dar forma a nuestro bonsái, pudiendo corregir los defectos del tronco o las ramas. Básicamente lo que se hace es rodear la rama o tronco con alambre adecuado para modificar la posición o forma de la parte (ramas o tronco) del bonsái a tratar, y modelarle a nuestro antojo, (eso sí), evitando dañar la corteza de las ramas de nuestro bonsái.
    Para conseguirlo se utiliza un alambre flexible de cobre o de aluminio anodizado, que encontraremos en las tiendas especializadas. La elección entre ambos materiales es muy personal, aunque existen opiniones que se decantan hacia el alambre de cobre, menos visible y aconsejado por los maestros japoneses. Personalmente prefiero el alambre de cobre, ya que efectivamente es mucho menos visible y no estropea tanto la imagen del bonsái si en un casual tuviéramos que exponerle.
    Hay que alambrar siempre con la mente puesta y la imaginación viva, viendo aun sin alambrar la forma en que quedaran las ramas después de realizado el trabajo. Es decir, antes de alambrar habremos visualizado mentalmente la forma que queremos dar a nuestro bonsái y tener una idea clara para comenzar a realizar la operación.
    El grueso del alambre va en consonancia con el grosor de la rama a alambrar y con la consistencia para poder doblar la rama a nuestro antojo y evitar que la rama crezca a su aire o en una dirección no deseada.

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

    Si alambramos con las espirales muy juntas (en forma de muelle) no se realiza el trabajo requerido, la presión se realiza con las vueltas o espirales más espaciadas y en ángulos de 45 grados aproximadamente.
    La presión ejercida en el alambre no tiene que ser la justa, sino que tendremos que dejar la suficiente holgura entre el alambre y la rama para evitar que el alambre se clave y dañe el árbol irremediablemente. Siempre estaremos pendientes de que el alambre no se clave en el bonsái, ya que las ramas irán engordando poco a poco.
    La práctica y la paciencia nos da la presión a ejercer y la forma de las espirales, es decir cuánto más práctica tengamos menos problemas encontraremos a la hora del alambrado.
    Se dice que alambre "flota" cuando en algunos puntos se separa en algún punto de la rama y la manera ideal de poner el alambre es que entre el alambre y el tronco o rama pueda meterse una hoja papel, de esta forma se evita que se clave en la madera de nuestro bonsái como mencionaba anteriormente.
    Manera de alambrar dos ramas nacidas de un mismo punto, se hace con giros en sentido de las agujas del reloj o sentido inverso.

    La época del alambrado varía con la especie y el clima:
    Para las plantas de hoja caduca la época idónea es durante su período de crecimiento activo, inmediatamente después de que las hojas alcancen su tamaño normal, pero mientras las ramas sean todavía flexibles y fáciles de doblar.

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

    En esta época la circulación de la savia es muy activa y troncos y ramas son flexibles, lo cual nos ayudara para realizar la tarea del alambrado y de esta forma podremos guiar las ramas con mucha más facilidad.
    En las plantas de hoja perenne la época de alambrar es en otoño o invierno, cuando la circulación de la savia es mínima o casi nula, y solo la realizarán los expertos o profesionales. Los principiantes deberán alambrar desde mediados de Mayo a mediados de Julio, cuando las ramas aun no se han endurecido y que aun están algo flexibles y les será mucho más fácil hacer dicha labor, ya que en las plantas de hoja perenne hacer el alambrado es mucho más difícil que en las de hoja caduca.
    Generalmente en la fase de educación del bonsái es preferible usar el alambre de aluminio, cuya ductilidad permite separarlo en aquellos puntos donde penetra demasiado en la corteza, cortando cuidadosamente las espirales formadas con el alambre. Esto puede realizarse sin dañar la corteza, lo cual no es posible usando un alambre de cobre, que se endurece con el tiempo.
    La torsión de la rama no se ejerce después de estar esta alambrada, se va haciendo con la mano que la sujeta mientras que con la otra vamos colocando el alambre.
    Es necesario antes de alambrar el comprobar la flexibilidad de la rama y hasta qué punto soporta la torsión que vamos a ejercer sobre ella.
    Si la rama se agrieta un poco la cuidaremos con rafia o pasta selladora y si la grieta es más profunda, se procurará llevar la rama en sentido contrario al que lo hicimos para encontrar la unión de la rotura y rodearemos esta rotura con rafia hasta que suelde definitivamente, al cabo de los días iremos comprobando como la rama va anudando la herida que habíamos hecho y no sufrirá ningún trastorno.
    Los árboles de hoja perenne son más flexibles por lo general que los de hoja caduca, pero nos encontraremos con la dificultad de que están siempre cubiertos de hojas y por lo general mucho más juntas que los de hoja caduca, es por tanto más difícil manipular las ramas.

     

     

     

     

     

     

     

     

    Comercialmente tenemos varios tipos de alambre, galvanizado, de aluminio, cobre, cobre recocido (templado a baja temperatura) o aluminio, para mantener en su posición un alambrado realizado responde mejor el de cobre (más rígido) siendo él más usado, el de aluminio para darle más consistencia a la hora de sujetar, se le puede poner doble según lo tengamos que alambrar.
    Por el contrario en el bonsái ya estructurado, cuando es necesario restituir sin ningún tipo de torsión algunas ramas no demasiado gruesas es mejor usar alambre de cobre.
    Debe enrollarse formando espirales, aunque no demasiado adheridas a la corteza, dejando durante bastante tiempo, sin peligro de ocasionar daño alguno, gracias al crecimiento del viejo ejemplar.
    El color que adquiere el cobre lo hace menos visible.
    El alambre enrollado en forma de espirales a lo largo de las ramas que queremos educar debe quedarse convenientemente asegurado para evitar que las ramas se separen durante la torsión, perdiendo su eficacia. Las espirales no deben estar muy separadas unas de otras. Puesto que el alambre perdería gran parte de su utilidad, ni tampoco demasiado cerca, porque oprimiría excesivamente los vasos conductores, dañando la rama.Bueno amigos, esto es un poco la base del alambrado de nuestro bonsái, en próximos artículos seguiremos con más técnicas para obtener un bonito bonsái.





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