lunes, 29 de octubre de 2012

Comiendo en Jaraiz de la Vera




    
No es sencillo explicar una experiencia gastronómica de este calado. Varias son las razones que dificultan transmitir con cierto realismo este pequeño/gran descubrimiento culinario llamado “Restaurante La Finca”, en Jaraiz de la Vera, al norte de Cáceres, en las estribaciones de la Sierra de Gredos. Un precioso territorio, bendecido por la naturaleza, tan espectacular que el mismo emperador Carlos V lo eligió para pasar sus últimos años. No es de extrañar que uno de los lemas turísticos de estos lares sea "Descanso Imperial"
 


            
Las palabras, por muy atinadas que sean, casi nunca logran reflejar con exactitud sentimientos y experiencias. Apenas un ligero acercamiento. Y éste, seguramente, en el aspecto gastronómico, será el caso.




                    
    Pues bien, entre estas montañas y valles, que fueron elegidas para descansar y para retirarse uno de los grandes monarcas de la historia de España, se encuentra el Hotel Villa Xarahiz (www.villaxarahiz.com), un establecimiento que cuenta, a mi entender, –lo escribo sin tapujos- con uno de los mejores  restaurantes de esta zona de Cáceres.

 

                  
      La apuesta por la cocina de temporada es una de sus grandes bazas. En una tierra que es rica en productos agrícolas y silvestres, resulta ser un indiscutible argumento a favor. Si hablamos de setas, y estamos en la estación adecuada, sólo puedo aconsejar un papillote con una selección de ellas. Sencillamente, delicioso. 





    Comeremos, además, un local cómodo, coqueto, con un cuidado servicio, perfectamente insonorizado y buena iluminación.



 
Nada más abrir la carta el comensal descubre que la materia prima es de primera calidad (merluza de pincho, atún de almadraba, jamón ibérico de bellota, ternera de retinto,  etc.). Sólo faltan unas buenas y experimentadas manos, las del cocinero David Moreno Montero, para aderezar estos productos y crear esta particular sinfonía de sabores. Créanme si les aseguro que lo consigue.
Otro dato a tener en cuenta, para mí nada superficial, es que en la propia carta figura detallado equipo de cocina. Junto a David  encontramos  los nombres de Nuria Tarrero y Ramón Granado, sin cuya ayuda esto sería imposible. Se nota que estos fogones extremeños conforman una gran familia.



Tenemos pues casi todas las piezas del puzle (calidad en los productos, buen local, cariño por lo que se hace, profesionalidad y un buen grupo humano).
El resultado, como no pude ser de otra manera, es perfecto y tiene diferentes nombres: Migas al pimentón con yema de huevo de campo, espuma de huevo de rey con gambón, tajas de lechona confitada con agridulce de pimentón y toques de piña, rodaballo asado en cuña con parrillada de verduras al romero, crema de calabaza con buñuelo de queso de cabra, tomate relleno de pintada escabechada y judías verdes, caldereta de cabrito al modo de La Vera, chuletitas de cabrito con almejas, tournedó de solomillo ibérico con crema de queso, etc., etc.  En fin, para volver más de una vez.
 


Por cierto, ¿qué le parece, para hacer más cómoda la digestión, acabar con un sorbete de romero?. Hágame caso, el consejo es muy acertado.         
Quiero, porque sería verdaderamente injusto no mencionarlo, hacer especial hincapié en la extraordinaria colección de vinos que ofrece su carta. 
No me equivoco cuando escribo que a ese gran ramo de referencias se une su indiscutible calidad. Para muestra el mejor de los botones: acercarse a la cava acristalada, situada en uno de los laterales del restaurante.
Resulta, de verdad, muy placentero compartir esta pasión con una agradable conversación en esta comarca de La Vera. Se debe a Pilar Arjona Sánchez, parte esencial de este proyecto culinario.
       
En Radio Viajar (www.radioviajar.com) hay colgada una animada entrevista con David Moreno.



1 comentario:

  1. Que alegría me da Sr. Narro, llevaba siguiéndole la pista a este fantástico Chef desde que dejo su impecable impronta en ese Tres Gabrieles de Cabezabellosa, y pese a ser hace ya años desconocía por completo donde había recaído, que delicia, excursión indispensable, estupendo post, saludos Cachuela
    Por cierto, maravillosa mesa de tintos de la tierra.

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