Hoy es Sábado 27 de Abril de 2024
Regadíos
La Junta de Extremadura encarga el estudio de viabilidad del regadío de Monterrubio de la Serena
Se trata de un proyecto paralizado durante los últimos cuatro años y que arranca de nuevo.
  • Publicado: 05/05/2016 16:02
  • por: extremadura.com
  • 425

La Junta de Extremadura realizará el estudio de viabilidad para la transformación en regadío de 2.500 hectáreas en Monterrubio de la Serena, con el objetivo de estabilizar la producción de las explotaciones de olivar y garantizar su rentabilidad.

Así se lo ha transmitido la consejera de Medio Ambiente y Rural, Políticas Agrarias y Territorio, Begoña García, a la Comunidad de Regantes de la zona en una reunión en la que también ha estado presente el director general de Desarrollo Rural, Manuel Mejías.

Se trata de un proyecto paralizado durante los últimos cuatro años y que arranca de nuevo tras el compromiso de la Junta con la Comunidad de Regantes para hacer el estudio de viabilidad y el anteproyecto de transformación en riego de la zona en dos fases.

En una primera fase se transformarán en riego 800 hectáreas, a partir de azudes en arroyos y balsas. En una segunda implicará la ampliación hasta 2.500 hectáreas desde la presa en el arroyo de Benquerencia, cuyo diseño será redactado por el Ministerio de Agricultura.

“Estamos trabajando para no defraudar las ilusiones de los agricultores”, ha afirmado la consejera, al tiempo que ha recordado que el proyecto de Monterrubio se incluye en la Agenda del Regadío Extremeño para el horizonte 2020 con el objetivo y el convencimiento de que “actuar en regadío significa desarrollo económico y creación de empleo” en el que destacan también los regadíos de Tierra de Barros y Arroyo del Campo.

Las obras de transformación en regadío de la zona de Monterrubio de la Serena fueron declaradas de interés general por la Ley 53/2002, de 30 de diciembre, y en 2009 la empresa TRAGSATEC redactó por encargo del Ministerio de Agricultura el proyecto de transformación de 6.000 hectáreas a través de la presa del Zújar, situada a una distancia de 28 kilómetros, pero con una altura de bombeo que comprometía la viabilidad del proyecto al encarecer los costes energéticos.