El enclave territorial donde se ubica Villanueva de la Vera es un paraje natural con un microclima único en Extremadura. Al abrigo de la Sierra de Gredos y cercado por multitud de gargantas y el río Tiétar, abunda la flora y la fauna característica de media montaña, enebros, robles y castaños, jabalís, ciervos, y la cabra hispánica, que junto con la fértil zona regada por las aguas del Tiétar, nos dan una idea de biodiversidad tanto animal como humana que se nutre de la tierra, el aire, el agua y el sol únicos en España.

Es en este lugar donde desde generaciones las piaras de cabras pastan en los montes y valles de Villanueva, con una raza propia que recibe su nombre de la comarca, la cabra Verata es un animal fuerte e inteligente que se ha adaptado a las dificultades del terreno y cuya leche tiene unas características propias y diferentes al resto, su sabor y su fuerza se debe al enebro, la hoja del roble, las bellotas, los higos y la tierna hoja de la zarza, golosinas a las que este animal no puede resistirse. La pureza del agua que mana de las numerosas fuentes y el agua que baja de las gargantas contribuye también a ensalzar el sabor y las características de este alimento.

Esta es la leche que utilizamos para elaborar nuestros quesos, con una tradición de cinco generaciones que respaldan el buen hacer de nuestras maestras queseras y unas instalaciones modernas, donde se mezclan la artesanía y el acero inoxidable. Desde el queso fresco, de fina textura y del agrado de los paladares más exigentes, pasando por los semicurados natural y con pimentón de la vera, suaves y cremosos hasta el curado en aceite puro de oliva, fuerte y con cuerpo y el queso de leche cruda, elaborado con leche sin pasteurizar, de exquisito sabor.