Tres claves para el autónomo o freelance

  • Carolina se levanta muy temprano para abrir su peluquería y trabaja hasta muy tarde, sin siesta ni descanso. Acepta todos los encargos, sin ver la hora ni el día. Invierte unos euros en publicidad y dedica todas las noches a escribir en las redes sociales buscando más clientes. “La competencia es fuerte -me comenta- y hay quienes están tirando los precios por los suelos. Ya no sé qué más hacer”.

    Hablamos de todo un poco, de sus ganancias por mes y de sus agobios. Al final, acordamos unas sesiones de Coaching. Quería hacer cambios cuanto antes.

    Y las decisiones que tomó le llevaron donde quería: unos ingresos más estables, una vida familiar más feliz y un estado de ánimo a prueba de crisis.

    Todo empezó cuando se dio cuenta que trabajaba mucho sin ver resultados, que su salud estaba empeorando y su estado de ánimo estaba siempre alterado. La relación con su marido no era la misma y sus hijos la ponían más nerviosa que de costumbre. Ver esta realidad y desear cambiarla con urgencia le impulsó a actuar.

    Carolina decidió hacer tres cambios: en su motivación, autodisciplina y capacidad innovadora.

    Motivación

    Consiguió tener un sistema propio para motivarse cada día. Primero cambió el hábito de la preocupación diaria por el de la planificación directa. En vez de agobiarse y darle vueltas a los problemas, se centró en lo que podía y quería hacer. Después, identificó lo que más le importaba en su trabajo y lo que le hacía sentir orgullosa, para despertarse cada mañana con la mirada puesta en algo que valía la pena, por encima del trabajo y del dinero. Por último, escribió un plan para ser mejor tanto en casa como en el negocio, lo ubicó en un lugar visible y a él acudía cuando sentía que le faltaba el aliento.

    Autodisciplina

    Encontró que la forma de ser fiel a su plan era evaluar cada semana sus avances y conversarlo con su familia para animarse. Ya no sólo trabajaba mucho sino que empezó a medir los resultados de sus acciones: Si algo no funcionaba, lo cambiaba por una nueva acción.

    Dejó un tiempo las redes sociales y se concentró en escuchar lo que necesitaban sus clientes, hablando incluso por teléfono con ellos. Así, salieron ideas para nuevos servicios.

    Y respecto a sus horarios, puso una norma: En el trabajo, 100% concentrada en ser mejor profesional y en casa, 100% sólo para mis hijos y mi marido.

    Innovación

    Carolina decidió formarse por su cuenta y leer sobre marketing y publicidad. Eso la llevó a cambiar el nombre de su peluquería, incluir nuevos servicios y asociarse con dos centros de estética. Entró en una asociación y consiguió cerrar un acuerdo con dos casas de la tercera edad. Al ver el movimiento de clientes, se arriesgó y contrató una ayudante…

    Carolina sigue viviendo en la misma comunidad, con la misma familia y rodeada de una competencia cada vez mayor pero su vida ya no es la misma. Decidió un cambio y lo hizo realidad gracias a su motivación, autodisciplina y capacidad de innovación.


    Ésta y otras historias están publicadas en http://www.trestalentos.wordpress.com

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