Una heladería sin helado de chocolate. Un restaurante de comida extremeña sin jamón. Un hotel sin cama de matrimonio. Una casa de comidas rápidas sin patatas fritas. ¿Puede ser posible alguna de estas opciones? Pues sí. El domingo pasado, un grupo de amigos con mucha hambre y ganas de ponerse al día con la charla entró a Foster's Hollywood, Restaurante Americano, y se encontró con la sorpresa, más bien ironía, de que las hamburguesas que habían pedido no podían ir acompañadas de patatas fritas. ¿La razón? Simplemente, no había.

"Nos hemos quedado sin patatas", se excusó sin más el camarero, antes la mirada soprendida del grupo. Si bien aceptaron las reglas coyunturales del restaurante de comidas rápidas, para algunos de los comensales, la hamburguesa sin sus patatas "no fue más que un sandwich de carne", comentaron entre risas.

Patatas asadas, ensalada de col o queso fueron algunas de las opciones que ofrecieron esa tarde en el establecimiento para suplir al acompañamiento clásico no sólo de cualquier comida de origen norteamericano, sino casi de cualquier plato en el mundo.

Divertidos por la situación, los amigos comenzaron el juego de especulaciones: ¿Escasez de patatas en Extremadura por extraña plaga de origen desconocido? ¿Se acabó el aceite en la región? ¿Se rompió la freidora gigante y comenzó a hervirlas en lugar de freirlas? O tal vez el proovedor nunca llegó.

Imaginación más, imaginación menos, he aquí el extraño caso de las hamburguesas sin patatas. Una ironía de la gastronomía norteamericana en plena ciudad de Badajoz.