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“Clío y las aulas”, de Enrique Moradiellos, o como la educación humanizó al hombre - Turismo

13.05.13 - 19.40 - por: Extremadura.com / Redacción 3

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Premio Arturo Barea 2012, aborda las virtudes de la Educación como institución cultural y los provechos de la Historia como saber disciplinar

Se presentó el pasado sábado en la Diputación de Badajoz el Premio Arturo Barea 2012, “Clío y las aulas”, del catedrático de la Uex Enrique Moradiellos. El marco lo puso la Feria del Libro, evento en el que el Departamento de Publicaciones de la Institución Provincial, anunció su responsable, Antonieta Benítez, va a dar a conocer cinco libros más “que tienen en común su relación con la historia, excepto un poemario de Chari Llanos”.

Se trata, destacó Benítez, de un ensayo muy apropiado para presentarlo en los tiempos actuales por cuanto nos habla de la necesidad de aprender historia. Es, sin duda, un magnífico libro que Francisco Muñoz, director del Área de Cultura de la Diputación, calificó como muy cuidado en su edición y magníficamente diseñado por Pepe Melara.

“Clío y las aulas” es un ensayo que aborda dos cuestiones vinculadas, las virtudes de la Educación como institución cultural humana de valor irrenunciable y los provechos de la Historia como saber disciplinar de obligado estudio en toda sociedad civilizada. La obra trata de ofrecer una panorámica de la evolución de la Educación y es una vindicación de la Historia como disciplina formativa. 

Muñoz resumió el contenido del trabajo en tres capítulos: la educación como fenómeno histórico y antropológico, la didáctica pedagógica y la historia como disciplina intelectual. Además, incluye un epílogo más que jugoso en el que el autor se pregunta sobre por qué no podemos prescindir de la historia y debe estudiarse de modo básico y general.

“Las motivaciones para publicar este ensayo premiado -recordó Francisco Muñoz- provienen del maestro-investigador Moradiellos, de quien nos debemos enorgullecer por haber rescatado la figura denostada de Juan Negrín y porque uno de los objetivos que le mueven es la del enseñante preocupado por la educación que se imparte en las aulas, sobre todo en enseñanza secundaria. Por eso, el libro es una magnífica aportación para el profesorado”.

Su autor explicó las dos cuestiones fundamentales que aborda la obra, las características de la educación en su carácter cultural y humano por un lado, y los problemas y aprovechamiento de la historia como disciplina de obligada enseñanza en cualquier sociedad mínimamente civilizada.

En este sentido, el libro trata y aborda la historia de la evolución de la educación como institución y la historia como disciplina en sociedades desarrolladas. Moradiellos indicó al respecto que “Kant ya avanzó que únicamente por la educación el hombre llega a ser hombre, y es educado por otros hombres a su vez educados. Porque la educación fue promoviendo el desarrollo de la sociedad civilizada ya que el hombre no es sólo naturaleza programada por instinto sino cultura, un ser vivo con capacidad de aprender. Esa cultura es la que nos ha humanizado”.

Al adentrarse en la lectura del ensayo, se descubre también que la segunda faceta de la educación no es sólo esa actividad antropológica innata sino una institución cultural reglada y formalizada, sobre todo a partir del descubrimiento de la escritura y la lectura. 

"La educación -sostiene Moradiellos- encierra un verdadero tesoro, el avance de la civilización. Como institución cultural carece de sentido si se olvida que su núcleo central es transitorio: qué enseñar y qué aprender, porque para ello primero se aprende y luego se enseña”.

El tercer asunto del libro ofrece una panorámica de lo que fue la historia como género literario y posteriormente como ciencia social y humana.

Su principal conclusión podría resumirse en dos recomendaciones. En primer lugar, en palabras de Jovellanos, hay que cuidar de la Educación porque “con la instrucción todo se mejora y florece; sin ella todo decae y se arruina el Estado”. Y segundo, hay que estudiar Historia porque impregna nuestras vidas como el oxígeno impregna nuestros cuerpos dado que, al decir de Borges, “es la trampa secreta de la que estamos hechos, el tiempo”.

Este libro inicia una nueva andadura del Premio Arturo Barea que nació con el siglo para recuperar la historia más ignorada de Extremadura. Cumplido ese objetivo, el certamen se ha ampliado ocupando toda la contemporaneidad de los siglos XIX y XX en España.

Enrique Moradiellos (Oviedo, 1961) es catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Extremadura y fue profesor de dicha materia en las de Londres y Complutense de Madrid. Entre su producción histórica publicada destacan “La perfidia de Albión: el gobierno británico y la guerra civil española”, “El reñidero de Europa. Las dimensiones internacionales de la guerra civil española”, “Los mitos de la guerra civil”, “Franco frente a Churchill. España y Gran Bretaña en la Segunda Guerra Mundial”, “Don Juan Negrín”, “La semilla de la barbarie. Antisemitismo y Holocausto” y “La historia contemporánea en sus documentos”.

Tema: Actualidad