El Ayuntamiento de Plasencia ha decidido plantar batalla a la práctica incívica de arrojar los chicles al suelo y lo hace apostando por la sensibilización, de tal forma que regalará chicles con leyendas en el envoltorio sobre buenas prácticas para su uso y consumo.

Así lo ha adelantado este martes el concejal de Servicios Municipales, Luis Miguel Pérez Escanilla, quien ha presentado los nuevos contenedores de basura de carga lateral que la adjudicataria de la limpieza comenzará a instalar en la ciudad a partir de mañana.

El edil ha reconocido que como ciudadano nunca había sido consciente de que lo que afean los chicles la ciudad "y ahora los veo por todas partes", además de conocer de primera mano los esfuerzos económicos, materiales y humanos que conlleva su eliminación de las calles.

En Plasencia este problema se agrava debido a que la mayor parte del pavimento de la zona centro es de un material muy poroso lo que facilita la adhesión del chicle y aumenta las dificultades para quitarlos.

En este sentido, Pérez Escanilla ha explicado que como no se puede prohibir el consumo de goma de mascar "se me ha ocurrido y así se lo he trasladado a la empresa de la limpieza que lo que vamos a hacer es regalar chicles que en su envoltorio tenga alguna leyenda sobre su buen uso y buenas prácticas para su consumo".

A su juicio, lo que dicta la lógica es que cuando una persona se ha cansado de mascar el chicle éste debe arrojarse a una papelera o un contenedor pero nunca al suelo.

Por este motivo, el edil también ha anunciado que se ampliará el número de papeleras que existen en la ciudad y que se prestará mayor atención a la reposición de las mismas cuando se detecte alguna deficiencia.

El responsable de los Servicios Municipales ha apuntado que lo cierto es que, incluso limpiando los chicles con decapadoras, agua a presión y productos químicos, siempre queda algún resto, "más de lo que yo podía pensar".

Así, el edil ha aprovechado para hacer un llamamiento a todos lo ciudadanos para que no arrojen sus chicles al suelo ya que es evidente que deslucen las calles con motas negras que afean considerablemente el entorno.